1.
Sólo de Cama: Funcionan o se entienden sólo cuando hay sexo. Si el sexo “no es
bueno” entonces rápidamente comenzará la búsqueda de un compañero o compañera
SEXUAL que “dé la talla”.
2.
Tú en lo tuyo y yo en lo mío: Cada uno tiene distintos intereses, que persigue
indiferente del otro. No existen intereses comunes.
3.
Niveles o sintonía de comunicación emocional totalmente diferentes: “Yo soy muy
cerrado y ella es abierta” o viceversa. O ser muy comunicativos con personas
ajenas y mantener al otro miembro de la relación como si fuera un extraño.
4.
Aquellos que hacen sufrir a su pareja los terribles defectos con que se ha
criado o adquirido; o los distintos pesares y traumas con los que ha tenido que
lidiar uno de los dos.. La frase es “Yo era así cuando él/ella me conoció”.
Toda relación DE PAREJA debe tener una COMUNICACIÓN
EMOCIONAL completa y complementaria entre ambos, así como cierto nivel de
afinidad intelectual necesario para crecer JUNTOS. Y por supuesto, deben tener
química y poder experimentar el sexo sin tabúes, ni traumas de por medio.
Además, cada uno debe tener derecho a su privacidad
e intimidad, así como también a no ser engañado, a que exista honestidad y
sinceridad entre ambos. Si algo de esto es unilateral eso implicará otra receta
para el desastre de la relación. Conocer al otro, pero también PERMITIR que la
otra persona nos conozca es fundamental. Cultivar la empatía, la honestidad, el
compañerismo y la comunicación en cada aspecto de la relación. Y esto no es
hacer cambiar al otro o tratar de moldearlo o siempre tener que adaptarse, sino
amoldarse uno al otro mediante la comunicación emocional, las distintas
afinidades intelectuales y la química del sexo.
Amar y permitir que la otra persona te ame es una
decisión que cada miembro de la pareja debe realizar de forma consciente. No es
esperar a que “el amor caiga del cielo”, ni tampoco a sentir SIEMPRE las
mariposas en el estómago. Son demasiadas las personas que tienen miedo a amar o
ser amados, demasiados los que piensan en el amor de pareja como algo
unilateral o incluso como algo digno de censura o vergüenza. Todo esto por el
temor a entregarse, a ser lastimado: Preferimos construir MUROS antes que
puentes. Preferimos demostrar indiferencia, porque si demostramos cariño
pensamos que la otra persona se aprovechará o se asustará y se alejará de
nosotros. ¡Todo eso está muy mal!
No hay que ser infalibles, ni perfectos. La búsqueda
de la perfección es otro mito que constantemente arruina las relaciones, no
sólo las de pareja.