domingo, 28 de febrero de 2021

Top 3 de Relatos de Horror Cósmico que no son de Lovecraft.

 


Saludos a todos. En caso de que no lo sepan, Howard Phillips Lovecraft es uno de mis escritores favoritos y es conocido por la creación de una mitología de terror conocida como los mitos de Cthulhu, para la cual, a lo largo de muchos años han tenido que crear una clasificación diferente, llegando a denominarse HORROR CÓSMICO, que toma como base el COSMICISMO, filosofía que indica que la vida ordinaria humana es diminuta e insignificante en comparación con la inmensidad y los misterios del Universo.

Durante su vida, Lovecraft tuvo un círculo de amigos y seguidores con los que permanecía en contacto por correspondencia. Muchos de ellos también eran escritores y algunos contribuyeron de formas muy notables a “los mitos de Cthulhu”, con relatos que tomaban como base esas entidades creadas por el maestro de Providence. Hoy quiero hablarles de mis tres relatos o escritos favoritos, aunque como dice el título, que no fueron escritos por el creador de este género.

3. El regreso de los Lloigor, de Colin Wilson.

Un profesor de literatura y también escritor, Paul Dunbar Lang, conoce un día, por mera casualidad el llamado Manuscrito de Voynich (un documento que existe realmente y que al día de hoy no ha podido ser descifrado). Su intento de decodificarlo tiene éxito y descubre que es parte o una especie de compendio de El Necronomicon, lo cual lo lleva a embarcarse a Inglaterra con la idea de buscar pistas sobre el libro completo o algo que le permita completar su traducción, la cual cree incompleta. Siguiendo pistas de Lovecraft y luego de Arthur Machen, otro escritor de terror, da con un misterio mucho más grande de lo que pensaba.

Esta historia es muy buena, aunque tengo algunos pequeños “detalles” con ella. Mayormente porque siento que comienza de una forma y luego va derivando hacia otros rumbos. Cuando voy un poco más de la mitad, siento como que no tuviera casi conexión con su inicio. Sin embargo, logra mantener la tensión y la expectativa hasta que llegas a su inesperado final, el cual tampoco tiene mucho que ver con lo que sucede a lo largo del desarrollo de la historia, ni tampoco con los poderes de las entidades que Wilson creó para su relato.



Citas notables:

“Sin embargo, tan pronto como tuve en mis manos el manuscrito de Voynich, sentí una sensación repulsiva. No puedo describirla con más precisión. No fue una sensación de maldad ni de horror ni de temor: fue de repulsión, como la sensación que solía tener de niño cuando pasaba por delante de la casa de una mujer que tenía fama de haberse comido a su hermana. Me hizo pensar en un asesinato. Esta sensación perduró en mí durante dos horas, mientras examinaba el manuscrito, como un olor desagradable. Evidentemente, la bibliotecaria no compartía mi sensación.”

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 “Dos días antes de que el barco se hiciera a la mar, descubrí el título del manuscrito. Faltaba la primera página, pero había una referencia en la catorce que aludía claramente a la obra misma. Se llamaba Necronomicón.”

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“No estoy seguro de cuántos días transcurrieron, antes de que empezase a experimentar gradualmente una creciente fascinación por este nuevo descubrimiento literario. Sé que mi primera impresión fue, sencillamente, que Lovecraft era un hábil constructor de historias horripilantes. Quizá fue mi labor de traducción del manuscrito de Voynich lo que condicionó mi acercamiento a él. O posiblemente fuera el darme cuenta de que Lovecraft estuvo excepcionalmente obsesionado por este extraño mundo de su propia creación...”

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“Y leí y releí mi traducción del manuscrito, con la esperanza de descubrir alguna clave que pudiese conducir a la obra completa. Pero cuanto más la leía, menos claro veía. En la primera lectura, había captado un esquema global, una oscura mitología, nunca consignada claramente, aunque deducible de las alusiones. Al releer la obra, empecé a preguntarme si no sería todo esto producto de mi imaginación. El libro parecía disolverse en un montón de fragmentos inconexos.”

 

2. Los Profundos, de James Wade.

Un escéptico parapsicólogo, con especialidad en sugestión e hipnotismo, apellidado Dorn, es contratado por el Doctor Frederick Wilhelm con la finalidad de hipnotizar a un sujeto, una oceanógrafa de la Universidad de Miskatonic llamada Josephine Gilman, cuya familia viene de un ruinoso pueblo pesquero olvidado llamado Innsmouth, a fin de comprobar si de esa forma puede establecer contacto telepático con un delfín. El Doctor Wilhelm ha dedicado su vida a esta investigación y ha determinado que este es el paso final a dar para lograr comunicación con otra especie inteligente. Sin embargo, una célula de un culto dedicado a prevenir el regreso de los “primordiales” advierte al Doctor que debe abandonar sus estudios, pues podrían desatar horrores innombrables sobre el mundo.

La estructura de este relato es de lo mejor que me he encontrado, siendo un poco más corto que el de Wilson, pero dividido en capítulos, sumando un total de 14, a lo largo de sus 30-40 páginas. Cada uno de ellos está narrado de forma excelente y siempre dejando al lector con ganas de más. El final, aunque es muy “WTF” (traducción literal de “¡Qué carajo!”) está muy bien hilado, construido y, dentro de la historia, tiene perfecto sentido.



Citas notables:

“Los suplementos dominicales hablaron de Wilhelm hacía unos años, lo que era natural: ¿qué tema más potencialmente sensacional podía obtener un periodista, que la idea de que el hombre compartía la tierra con otra especie más antigua, y quizá más inteligente, una especie no tenida en cuenta e incluso ignorada por la moderna ciencia, pero con la cual podría llegarse a establecer comunicación algún día?”

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“Mirándola de soslayo por encima de la mesa Iluminada con velas, una hora más tarde, concluí que Josephine Gilman era llamativa, pero no guapa. Bastante joven, con una figura formada, carecía de verdadera distinción debido al tinte barroso y más bien atezado de su piel, y especialmente por la fijeza de sus ojos protuberantes.

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 “«¡No encierra ningún peligro!» Si cuando escribí estas palabras hubiera tenido siquiera una sospecha de lo que ahora sé, habría suspendido el experimento inmediatamente; o me habría marchado de este puesto avanzado del océano, en el borde de lo desconocido, amenazado por la superstición fanática desde el exterior, y por la hubris de un científico obstinado, desde el interior. Pero aunque había indicios, reconocibles más tarde, en aquel momento no vi nada, no sentí nada, sino una vaga e indefinida desazón, así que no hice nada; y de este modo, debo compartir la culpa de lo que sucedió.”

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 “Regresé a mi habitación y me tomé varios coñacs más. Antes de caer dormido, oí a los hippies celebrando una de sus salvajes orgías en la playa sur. Según lo que Waite había dicho, celebraban ceremonias para que el mundo se conservase agradable, normal y sano, para personas agradables, normales y sanas.

Como si hubiese alguna en estos tiempos.”

 

1. Imposible pero incierto, de Rafaél Robles López.

Dos estudiantes gamberros, Felio y Ramiro, volviendo muy tarde a casa una noche de sábado (o madrugada de domingo, como se prefiera) pasan junto a la Mezquita Catedral en Córdoba. En su borrachera, Felio se trepa a un andamio y lo que escucha disipa de inmediato los efectos del alcohol: Una voz de ultratumba y parte de un rito muy extraño que parece tener lugar en ese momento. Luego las circunstancias se van encadenando y el caso de una niña desaparecida, el ritual en la mezquita, la visita a una sociedad teosófica y los ominosos sucesos en Córdoba, ponen a Felio y a su amigo en la mira de un culto que no pretende nada bueno. Sólo ellos y sus amigos podrán salvar el día.

Este libro combina magistralmente el terror lovecraftiano con el humor más gamberro (y muchas veces escatológico) que puedan imaginarse. Ambientado a finales de los años 90 (1998 para ser concreto), es un “pastiche” de horror cósmico, pues su autor, quien maneja toda esta mitología de forma asombrosa, nos obsequia con apariciones de otros seres como los perros de tíndalos, cultos invocando a otros entes primordiales, como Yog Sototh, alusiones muy claras a El Horror de Dunwich, a los seres híbridos de Innsmouth y un giro inesperado totalmente genial. Lo he leído unas 3-4 veces y la verdad es que nunca me cansa. Pienso que Alex de la Iglesia, el gran cineasta español debería hacer una película de este libro, así como de su primera parte, pues no logro concebir a otro director que pueda manejar el horror y el humor de la forma que se necesita para este libro. Recomendado al 100%.



“La descarga de adrenalina que cosquilleó por todo mi cuerpo acabó de súbito con mi estado de embriaguez. Ya más centrado, busqué con los pies un apoyo.

―¡Baja de ahí, gilipollas! ¡Que te vas a matar! ―Oí exclamar a Ramiro desde abajo. El volumen de su voz dejaba patente que trataba de mantener un tono de voz tan tenue como le fuera posible.

―¡Ya que casi me escoño tendré que subir arriba del todo, porque si no, sí que habría hecho el capullo! ―repuse mientras me encaramaba como una garrapata a una de las plataformas que coronaban la cumbre.”

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“Mientras mis compañeros realizaban el pedido del desayuno bajo una hostilidad y tensión crecientes, me puse a ojear un periódico que estaba abierto sobre el mostrador.

Primera noticia; esta hacía tiempo que traía cola:

«NIÑA DE 9 AÑOS CONTINÚA DESAPARECIDA»

Pobrecilla, algún malnacido la había raptado hacía ya una semana. La cosa pintaba mal.

Obvié semejante tragedia que en nada iba a mejorar si yo leía el, de seguro, morboso artículo.

Mis ojos pasaron a la segunda noticia que me llamó la atención:

«PROFANACIÓN DE TUMBAS EN LA MEZQUITA CATEDRAL

La pasada noche tuvo lugar en el insigne monumento cordobés un acto vandálico cuya consecuencia ha sido la profanación de un sepulcro.”

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“Tras la puerta apareció un pasillo algo umbrío con puertas a la derecha. En la pared izquierda, un cartel colocado en el centro, de un tamaño suficiente para que fuera legible desde cualquier punto del corredor, proclamaba:

Congregación Teosófica Humanista Unida: Logia Hegemónica Ulterior.

―Joder, se han quedado descansando con el nombre ―musité para mis adentros. Jaimito secundó mi afirmación asintiendo en silencio. Lo cierto es que el nombre me sonaba de haber visto publicidad pegada en los muros y farolas anunciando actividades gratuitas relacionadas con esoterismo, estados alterados de conciencia, autoayuda, etc.”

Bueno, por ahora esos son todos. ¿Ustedes, tienen algunos relatos de horror cósmico que les gusten y no hayan sido escritos por el creador de estos mitos?



domingo, 7 de febrero de 2021

Cuestión de traducción

 

Saludos una vez más, amigos. El ¿artículo? que hoy nos ocupa es sobre cuestiones literarias, en particular, de la traducción de los libros. Desde que comencé a leer literatura, allá a los 12 años, me han gustado autores clásicos, muchos de los cuales no tienen al Español como su idioma nativo. Aunque leo y hablo inglés de forma bastante aceptable, siempre he preferido leer en mi idioma, especialmente porque las reglas de ortografía son diferentes en el idioma anglosajón y tengo toda la vida conociéndolas en castellano. Para muestra un botón: En español, un diálogo entre personajes se denota con el signo ortográfico del guion ( -No hagas eso ), mientras que en inglés, cuando dos personajes hablan, sus diálogos se expresan entre comillas ( “Don’t do that” ). Esa es una de tantas diferencias.



Me di cuenta hace unos cuantos años que una mala traducción puede ENCUMBRAR o DESTRUIR un libro. El uso de ciertas palabras, adjetivos, adverbios, puede hacer más fácil o más difícil una lectura, especialmente en esos libros clásicos o de autores más recientes, pero a quienes les fascinaba usar palabras arcaicas y grandilocuentes como estas mismas. Un buen candidato de esto último es otro de mis escritores preferidos, H.P. Lovecraft, de quien también he podido leer distintas traducciones de algunos de sus relatos. Algunas de estas incluso difieren en la traducción del título: "El color surgido del espacio" "El color que cayó del cielo" son la misma obra, pero el título fue traducido de diferente manera, siendo el original "The colour out of space".   Para muestra quiero traer unos cuantos pasajes de uno de mis libros favoritos, La isla del Tesoro, que fue el primer libro de literatura que leí completo y del cual he leído varias traducciones y actualmente poseo en físico dos de ellas.

Original

Traducción para Ediciones Altea (1975) por Mary Lou de Freitas

Traducción para editorial Planeta (2002) por Agustín Calvet “Gaziel”

Chapter II - Black Dog Appears and Disappears.

It was not very long after this that there occurred the first of the mysterious events that rid us at last of the captain, though not, as you will see, of his affairs.

Capítulo II: Perro Negro Aparece y Desaparece.

No había transcurrido mucho tiempo cuando ocurrió el primero de los misteriosos sucesos que por fin nos iban a librar del capitán, aunque no de sus enredos, como ustedes podrán ver.

 

Capitulo II: La aparición.

Poco tiempo después ocurrió el primero de los misteriosos acontecimientos que nos permitieron deshacernos, por fin, del pirata, mas no de sus preocupaciones, como se verá luego

I paused where I was, with my napkin in my hand.

“Come here, sonny,” says he. “Come nearer here.”

I took a step nearer.

“Is this here table for my mate Bill?” he asked with a kind of leer.

I told him I did not know his mate Bill, and this was for a person who stayed in our house whom we called the captain.

Yo me quedé parado donde estaba, con la servilleta en la mano.

- Ven aquí, hijito – me dijo -; acércate más.

Di un paso hacia él.

- ¿Es esa mesa de ahí para mi compañero Bill? – preguntó con sonrisita maliciosa.

Le respondí que no conocía a su compañero Bill, y que aquella mesa era para un huésped de la posada al que llamábamos capitán.

Me quedé inmóvil, con la servilleta en la mano.

- Ven acá, rapaz.

Avancé un solo paso.

- ¿Es ésta la mesa de mi compañero Billy? Me preguntó guiñando levemente un ojo.

Díjele que no conocía a su compañero Billy, y que la mesa era la de un huésped a quien llamábamos el capitán.

As soon as I was back again he returned to his former manner, half fawning, half sneering, patted me on the shoulder, told me I was a good boy and he had taken quite a fancy to me.

Tan pronto como estuve de Nuevo dentro recobró su primitiva actitud, entre servil y burlona. Me dio unas palmaditas en el hombro y me dijo que era un buen chico y que ya me había empezado a tomar cariño.

Mas apenas estuve dentro otra vez, volvió a las andadas, y, entre caricias y burlas, me sacudió la espalda, me dijo que yo era un buen rapaz y que le gustaba en extremo.

“Come, Bill, you know me; you know an old shipmate, Bill, surely,” said the stranger.

 The captain made a sort of gasp.

Black Dog!” said he.

“And who else?” returned the other, getting more at his ease. “Black Dog as ever was, come for to see his old shipmate Billy, at the Admiral Benbow inn.

- ¡Vamos, Bill! Ya sabes quien soy. ¿No me dirás que no reconoces a un antiguo compañero del mar – dijo el forastero.

El capitán soltó un grito sofocado.

- ¡Perro Negro!

- ¿Pues quién iba a ser si no?- respondió el otro más tranquilo ya -. El mismo Perro Negro de siempre que viene a visitar a su compañero Bill en la posada del Almirante Benbow.

- Vamos, Billy, ¿no me conoces? ¿No te acuerdas de tu viejo compañero, Billy?

El capitán suspiró compulsivamente.

- ¡El Gato Negro!

- ¡Pues, claro está! – replicó el forastero ya con mayor aplomo – El Gato Negro, más vivo que nunca, ha venido a ver a su viejo amigo Billy en el mesón de El Almirante Benbow.

 

Seré quisquilloso, pero ¿quién rayos llama MESÓN a una POSADA, HOSTERÍA, HOTEL, CASA DE HUESPEDES o similar? Y lo de “Gato Negro” a “Perro Negro” hay que echarle un camión, como decimos acá. ¿Son ganas de hacer las cosas mal o que? El mismo capítulo se llama PERRO NEGRO APARECE Y DESAPARECE (Black Dog en inglés, creo que hasta los niños saben que DOG es Perro y CAT es Gato). ¿Rapaz? ¿Es que acaso Jim Hawkins, cuyo apellido parcialmente significa HALCÓN (Hawk) era alguna ave rapaz o de presa? Seriamente, no sé dónde tenía la mente ese señor que tradujo la versión de Planeta, pero de verdad que no deberían haberle dado esa comisión NUNCA.

Esta es la versión que contó con
esa terrible traducción que he citado anteriormente


Con toda esta “rabieta” sólo pretendo mostrar una cosa: La forma en que una traducción puede dañar seriamente un libro. Doy gracias a Dios de que la primera edición que leí de la Isla del Tesoro fue esta de ediciones Altea y luego otra de una editorial diferente, pero que, a pesar de tener ciertos términos traducidos de forma diferente, no llegaba a los extremos de traducir “PERRO” POR “GATO” o “RAPAZ” y otras sandeces más que pueden apuñalarte la vista y el sentido común a lo largo del libro editado por Planeta. Hay un personaje que aparece en los capítulos 3, 4 y 5, llamado “PEW”, que es un antiguo compañero del capitán, un pirata ciego y muy cruel, a pesar de su discapacidad. Su nombre, en la versión de Planeta, tuvo la desdicha de ser traducido como “SACRISTÁN”. Miren que yo soy de los que cree que los nombres propios no deberían traducirse, ni los de personas, ni los de lugares, aunque en los libros de Canción de Hielo y Fuego (también conocidos como Juego de Tronos, aunque ese sólo es el nombre del primero) hicieron un trabajo magnífico con las traducciones de los nombres de lugares: Desembarco del Rey (King’s Landing), Invernalia (Winterfell), El nido de Águilas (The Eyrie), Poniente (Westeros), entre muchos otros. Los libros de G.R.R. Martin al menos han tenido la “suerte” de contar con gente competente para sus traducciones.

Si estos libros hubieran contado con 
una mala traducción, seguramente Stevenson no sería
en la actualidad mi autor clásico preferido


Si en mi adolescencia hubiera encontrado esa versión de La Isla del Tesoro, traducida de tan mala manera, no me habría gustado nada y habría cometido la injusticia de tachar a Stevenson como un mal escritor, cuando sólo tuvo la mala fortuna de haber caído en manos de un traductor incapaz. Ahora, cuando un libro tiene ese tipo de cosas que me causan ese “malestar” a la vista, que intuyo viene de una mala traducción, lo que hago es tratar de conseguir otra versión, traducida por otra persona o editorial, para darle oportunidad a la historia, si esta logra captar mi atención. Es una recomendación que puedo hacer, en tiempos de descarga digital, libros electrónicos y eso. Si piensan que algo no está bien o no se entiende del todo en el libro que están leyéndo, tómense la molestia de buscar otra versión de la traducción y no de desechar de una vez al escritor como paupérrimo, cuando puede tratarse de “detalles” de traducción.