Sinopsis:
La
época actual es una encrucijada histórica para nuestra civilización y quizás
para nuestra especie. Sea cual fuere el camino que sigamos, nuestro destino
está ligado indisolublemente a la ciencia. Es esencial para nuestra simple
supervivencia que comprendamos la ciencia. Además la ciencia es una delicia; la
evolución nos ha hecho de modo tal que el hecho de comprender nos da placer
porque quien comprende tiene posibilidades mayores de sobrevivir. La serie de
televisión Cosmos y este libro son un intento ilusionado para difundir algunas
de las ideas, métodos y alegrías de la ciencia. Carl Sagan.
Sobre el autor:
Carl
Sagan nació un 9 de noviembre de 1934, en Nueva York. Realizó sus estudios
preparatorios en la Radway High School en New Jersey. A los 20 años se graduó
como físico puro y poco después obtiene su doctorado en Astronomía y
Astrofísica. Apareció en la comunidad científica como un joven, cuyas
conjeturas fascinaban y a su vez amenazaban lo establecido.
Participó
activamente en el proyecto Mariner 4, primera sonda en llegar a Marte, en junio
de 1965. Su trabajo en la NASA lo combinó como profesor en la Universidad de
Harvard. Carl comenzó a colaborar con el científico soviético I. S. Shklovski
para debatir científicamente la búsqueda de vida extraterrestre. Estos debates
se publicaron en el libro "OVNIS: Un Debate Científico". Sin embargo
la conservadora universidad de Harvard no aprobaba estas actividades y le
negaron la renovación de su contrato.
Pasó
entonces a la Universidad de Cornell en Ithaca, Nueva York. Se convirtió en el
director del Laboratorio de Ciencias Espaciales en Cornell, puesto que junto
con sus clases en dicha universidad, ocupó por el resto de su vida. En Cornell
realizó numerosos experimentos acerca del origen de la vida y confirmó que las
moléculas orgánicas base de la vida pueden reproducirse bajo condiciones
controladas en el laboratorio.
Participó
activamente en el proyecto Apolo 11 en 1969 y en la misión Mariner 9 a Marte,
la cual estaba diseñada para orbitar el planeta y de las cuales se dedujo que
alguna vez pudo albergar vida. Igualmente formó parte de los proyectos Pionneer
y Voyager, sondas que, después de explorar los planetas más alejados del
sistema solar, debían viajar indefinidamente por el universo. En cada una de
estas naves Sagan incluyó un disco de oro con información acerca de la vida en
la tierra, fotos, sonidos, saludos en distintas lenguas, y las ondas cerebrales
de una mujer de la tierra (Ann Druyan, luego su esposa).
También
fue por la insistencia de Sagan que las Voyager fotografiaron la Tierra desde
las confines del sistema solar. Fue cofundador y presidente de la Sociedad
Planetaria, la mayor organización con intereses espaciales en el mundo.
Criticó
a las grandes potencias por producir armamento nuclear. Formó parte activa en
la erradicación de los CFC y otros programas de protección ecológica. Fue
cofundador del Comité Para la Investigación Escéptica de los Fenómenos
Paranormales (CISCOP).
Mantuvo
una oposición y crítica constante en contra de las pseudo-ciencias, En su libro
El mundo y sus demonios, las critica dúramente, al igual que a las religiones.
Estudió el origen de los organismos con los genetistas Hermann J. Muller y
Joshua Lederberg. Trabajó como astrofísico en el Observatorio Astrofísico Smithsoniano
desde 1962 hasta 1968.
Dedicó
la mayor parte de su vida a divulgar las ciencias. Publicó numerosos libros y
artículos en revistas y diarios. Su amplio conocimiento del cosmos hizo posible
su explicación con palabras sencillas. Uno de sus primeros libros, Los Dragones
del Edén, publicado en 1978, fue galardonado con un premio Pulitzer.
En
1979 tuvo la gran idea de utilizar el medio de comunicación más atrayente y
masivo para divulgar la cosmología, la historia y la astronomía: la televisión.
A través de ella llevó a miles de personas a un fascinante viaje por el
universo en la serie "Cosmos" de la cual también se publico uno de
sus más populares libros. La serie ganó 3 premios Emmy y un Peabody, y se
convirtió en la serie científica de mayor éxito en toda la historia de la
televisión.
Fue
un científico de mente abierta, fascinado por las estrellas, y el misterio de
la vida. Lideró proyectos como el SETI (Búsqueda de inteligencia
extraterrestre). Tras diagnosticársele una enfermedad llamada mielodisplasia,
comenzó una agonizante y fatal etapa en la vida de Sagan. Fue sometido en tres
ocasiones a transplante de médula ósea y quimioterapia la última de ellas en
1995. En la madrugada del 20 de diciembre de 1996 murió a los 62 años, en
Seattle, a causa de una Neumonía.
Mi opinión y
reseña:
Este
libro es magnífico. Puedo decir que llegó muy hondo en mi mente y mi
entendimiento, así como en mi corazón. Planeado como complemento a la serie de
televisión del mismo nombre transmitida en los años 80, creo que fue mucho más
allá. Es un viaje tremendo hacia la grandeza del Cosmos, hacia lo
inconmensurable, ya sea en las estrellas y galaxias y también hacia lo
infinitesimalmente pequeño: los átomos que forman todas las cosas y también a
nosotros. De la mano de Carl Sagan, recorremos un largo camino, por medio de la
historia, pero también por la evolución de los seres vivos, conjeturas sobre su
origen y también sobre su posible destino. Mucho hay en el libro de los deseos
y anhelos de su autor, algunos de los cuales han seguido realizándose:
exploración espacial, recientemente las naves que tomaron y transmitieron
imágenes de Plutón, así como el actual descubrimiento de la NASA de la
existencia de agua en Marte; mientras que otros no tanto: desarme nuclear, al
cual muchas naciones aun colocan objeciones y buscan excusas para lograr lo
opuesto, clima desestabilizado, un hecho que algunos países industrializados,
por intereses mezquinos aun se empeñan en negar. El Dr. Sagan tenía unas
grandes y positivas expectativas de los seres humanos y siento que todavía
estamos a tiempo de lograr muchas de las enormes cosas que él imaginaba para
nuestro futuro, nada distópico o apocalíptico, si seguíamos los pasos
correctos.
Con
13 capítulos, cada uno llamado igual que su correspondiente en la serie de TV, su
autor propone hacer que la ciencia llegue a todo mundo. No en vano es
considerado el mayor divulgador científico del siglo XX. En sus palabras: “cada episodio de la serie televisiva sigue con bastante
fidelidad el correspondiente capítulo de esta obra; y me gusta imaginar que el
placer proporcionado por una obra aumentará gracias a las referencias que da
sobre la otra.”. Los capítulos tratan temas distintos, pero se
entrelazan unos con otros y que buscan llevar al lector a una comprensión
exhaustiva de la grandeza del Cosmos, (“EL COSMOS ES
TODO LO QUE ES O LO QUE FUE O LO QUE SERÁ ALGUNA VEZ.”) las leyes de la Naturaleza y la física, la
importancia de la exploración espacial, conceptos que muchos dicen comprender,
como la Relatividad propuesta a comienzos del siglo XX por Albert Einstein,
pero que en realidad sólo se conocen de manera superficial; y también nos lleva
de paseo por las concepciones de diversas culturas sobre los orígenes del
Universo e incluso la vida. Todo ello siempre sin menospreciar dichas culturas,
aunque él (Carl Sagan) pudiera no estar de acuerdo con estos planteamientos,
las abordaba con respeto. La intención del libro queda manifestada en su
capítulo final: Hacernos caer en cuenta de lo lejos que nos ha llevado la
ciencia y sus métodos y que podamos ver
que ella, al ser una herramienta, puede ser utilizada para bien o para
mal. Esto depende enteramente de nosotros. En su actualización a la serie de
TV, hecho 10 años después (en 1990), él se expresó de la siguiente manera
(Actualización - Capítulo 13: ¿Quién habla en nombre de la Tierra?):
“Mi mayor emoción al revivir esta aventura no ha sido sólo el
haber completado con naves espaciales el reconocimiento preliminar del todo el
sistema solar. Y no sólo el que hayamos descubierto estructuras asombrosas en
el reino de las galaxias, sino especialmente que algunos de los audaces sueños
de Cosmos sobre este mundo se están haciendo realidad. Desde el viaje inaugural
de esta serie han sucedido cosas imposibles: los grandes muros que sostenían
diferencias ideológicas insuperables se han desmoronado, enemigos acérrimos se reconciliaron y
comenzaron a trabajar conjuntamente. El imperativo de valorar la Tierra y
proteger el entorno global que nos sustenta ha sido ampliamente aceptado. Y,
finalmente, comenzamos el proceso de reducción del obsceno número de armas de
destrucción masiva. Quizás, después de todo hemos decidido escoger la vida”
En
fin, un libro totalmente recomendable para aquellas personas que, sin ser
científicos, desean aprender y, como yo, se encuentran en una perenne búsqueda
de conocimientos.
Como
se me ha hecho costumbre, subrayé (con la función del kindle), algunos pasajes
del libro que me parecieron particularmente importantes. Acá se los dejo.
“La astronomía es una ciencia: el estudio del universo como tal. La
astrología es una seudociencia: una pretensión, a falta de pruebas
contundentes, de que los demás planetas influyen en nuestras vidas cotidianas.
En tiempos de Tolomeo la distinción entre astronomía y astrología no era clara.
Hoy sí lo es.”
En
mi país y en estos tiempos, todavía existe gente que no sale a la calle sin
leer el horóscopo o ver en la TV (con una gran devoción) cualquiera de tantos
programas sobre esto mismo, donde un hombre o mujer X está dando predicciones y
“leyendo” el tarot para cada signo. En mi opinión, la creencia en las
seudociencias y las supersticiones sólo trae atraso. Y para muestra, sólo
busquen “situación en Venezuela 2015” en google o algo similar.
“Las principales fuentes de energía de nuestra actual civilización
industrial son los llamados carburantes fósiles. Utilizamos como combustible
madera y petróleo, carbón y gas natural, y en el proceso se liberan al aire
gases de desecho, principalmente CO2. En consecuencia el dióxido de carbono
contenido en la Tierra está aumentando de un modo espectacular. La posibilidad
de que se dispare el efecto de invernadero sugiere que tenemos que ir con
cuidado: incluso un aumento de uno o dos grados en la temperatura global podría
tener consecuencias catastróficas. Al quemar carbón, petróleo y gasolina,
también introducimos ácido sulfúrico en la atmósfera.”
“Pero también hemos estado perturbando el clima en el sentido
opuesto. Durante cientos de miles de años los seres humanos han estado quemando
y talando los bosques, y llevando a los animales domésticos a pastar y a destruir
las praderas. La agricultura intensiva, la deforestación industrial de los
trópicos y el exceso de pastoreo son hoy desenfrenados. Pero los bosques son
más oscuros que las praderas, y las praderas lo son más que los desiertos. Como
consecuencia, la cantidad de luz solar absorbida por el suelo ha ido
disminuyendo y los cambios en la utilización del suelo han hecho bajar
temperatura de la superficie de nuestro planeta. Es posible que este
enfriamiento aumente el tamaño del casquete de hielo polar, el cual con su
brillo reflejará aún más la luz solar desde la Tierra, enfriando aún más el
planeta y disparando un efecto de albedo.”
Un
llamado de atención, desde los años 80, sobre el efecto invernadero, que es una
realidad, pero que muchos países se contentan con ignorar o peor aún, negar. Es
necesario buscar fuentes de energía alternativas, más limpias, pero dado que
esto afecta el bolsillo de muchas corporaciones, en vez de ayudar con esto, se
encuentran haciendo esfuerzos por retrasarlo.
“Nuestro encantador planeta azul, la Tierra, es el único hogar que
conocemos. Venus es demasiado caliente, Marte es demasiado frío. Pero la Tierra
está en el punto justo, y es un paraíso para los humanos. Fue aquí, al fin y al
cabo, donde evolucionamos. Pero nuestro agradable clima puede ser inestable.
Estamos perturbando nuestro propio planeta de un modo serio y contradictorio.”
“Nos embarcamos en nuestro viaje cósmico con una pregunta formulada
por primera vez en la infancia de nuestra especie y repetida en cada generación
con una admiración inalterada: ¿Qué son las estrellas? Explorar es algo propio
de nuestra naturaleza. Empezamos como pueblo errante, y todavía lo somos.
Estuvimos demasiado tiempo en la orilla del océano cósmico. Ahora estamos a
punto para zarpar hacia las estrellas. ”
La
ciencia se alimenta de preguntas y también de respuestas que vayan en
consonancia con los hechos. Si al analizar los datos aportados por los hechos,
estos contradicen una teoría, no importa cuánto nos guste o nos agrade, debemos
desecharla y plantear una nueva.
“Cada cultura tiene un mito sobre el mundo antes de la creación, y
sobre la creación del mundo, a menudo mediante la unión sexual de los dioses o
la incubación de un huevo cósmico. En general se supone, de modo ingenuo, que
el universo sigue el precedente humano o animal. He aquí, por ejemplo, cinco
pequeños extractos de tales mitos, en niveles diferentes de sofisticación,
procedentes de la cuenca del Pacífico:
Al principio de todo, las cosas estaban descansando en una noche
perpetua: la noche lo oprimía todo como una maleza impenetrable.
El mito del Gran Padre del pueblo aranda de Australia Central
Todo estaba en suspenso, todo en calma, todo silencioso; todo
inmóvil y tranquilo; y los espacios del cielo estaban vacíos.
El Popol Vuh de los mayas quiché
Na Arean estaba sentado solo en el espacio como una nube que flota
en la nada. No dormía porque no había el sueño; no tenía hambre porque todavía
no había hambre. Estuvo así durante mucho tiempo, hasta que se le ocurrió una
idea. Se dijo a sí mismo: Voy a hacer una cosa.
Mito de Maia, islas Gilbert
Hubo primero el gran huevo cósmico. Dentro del huevo había el caos,
y flotando en el caos estaba Pan Gu, el No desarrollado, el Embrión divino. Y
Pan Gu salió rompiendo el huevo, cuatro veces más grande que cualquier hombre
actual, con un martillo y un cincel en la mano con los cuales dio forma al
mundo.
Mitos de Pan Gu, China, hacia el siglo tercero
Antes de que el cielo y la tierra hubiesen tomado forma todo era
vago y amorfo... Lo que era claro y ligero se desplazó hacia arriba para
convertirse en el cielo, mientras que lo pesado y turbio se solidificó para
convertirse en tierra. Fue muy fácil que el material puro y fino se reuniera,
pero muy dificil que el material pesado y turbio se solidificara. Por eso el
cielo quedó completado primero y la tierra tomó su forma después. Cuando el
cielo y la tierra se unieron en vacuidad y todo era una simplicidad tranquila,
las cosas llegaron al Ser sin ser creadas. Esta fue la Gran Unidad. Todas las
cosas salieron de esta Unidad pero todas se hicieron diferentes.
Huainan Zi, China, hacia el siglo 1 a. de C.
Estos mitos demuestran la audacia humana. La diferencia principal
entre ellos y nuestro mito moderno científico del big bang es que la ciencia se
autoexamina y que podemos llevar a cabo experimentos y observaciones para
comprobar nuestras ideas. Pero estas otras historias de creación son
merecedoras de nuestro profundo respeto.”
Fíjense
como, aunque Carl Sagan pudiera considerar simples fábulas estos mitos de la
creación, o incluso rechazarlas
abiertamente con profundo desdén, él
mismo admite que son merecedoras de respeto.
“Hay una idea extraña, atrayente, evocativa, una de las conjeturas
más exquisitas de la ciencia o de la religión. Es una idea totalmente
indemostrada; quizás no llegue a demostrarse nunca. Pero excita enormemente. Se
nos dice que existe una jerarquía infinita de universos, de modo que si
penetramos en una partícula elemental, por ejemplo un electrón de nuestro
universo, se nos revelaría como un universo enteramente cerrado. Dentro de él,
organizadas como el equivalente local de galaxias y estructuras más pequeñas,
hay un número inmenso de otras partículas elementales mucho más diminutas, que
a su vez son universos en el nivel siguiente, y así indefinidamente: una
regresión infinita hacia abajo, sin fin. Y lo mismo hacia arriba. Nuestro
universo familiar de galaxias y estrellas, planetas y personas, sería una única
partícula elemental en el siguiente universo superior, el primer paso de otra
regresión infinita.
Esta es la única idea religiosa que conozco que supera a la del
número sin fin de universo cíclico infinitamente viejo de la cosmología hindú.
¿Qué aspecto tendrían estos otros universos? ¿Estarían construidos sobre leyes
físicas distintas? ¿Tendrían estrellas y galaxias y mundos, o algo muy
distinto? ¿Podrían ser compatibles con alguna forma de vida inimaginablemente
distinta? Para entrar en él tendríamos que penetrar en cierto modo en una
cuarta dimensión física: la empresa desde luego no es fácil, pero quizás un
agujero negro nos abriría el camino. Es posible que existan pequeños agujeros
negros en la cercanía del Sol. Después de balanceamos en el borde de la
eternidad, saltaríamos fuera...”
Algo
como esto puede verse en las dos primeras películas de la saga de Men in Black,
donde aparecen alienígenas, al final de la primera parte, jugando con galaxias
contenidas en canicas o, también al final de la segunda parte, cuando el
personaje de K, interpretado por Tomy Lee Jones, abre un armario que supone la
puerta de entrada-salida a otro universo y que previamente se había visto algo
similar en la película. Obviamente con el toque humorístico y ficticio de
Hollywood.
“Por lo tanto, si bien nos preocupa la posible falta de confianza en
la estimación de los primeros factores de la ecuación de Drake, que dependen de
la astronomía, la química orgánica y la biología evolutiva, la principal
incertidumbre afecta a la economía y la política y lo que en la Tierra
denominamos naturaleza humana. Parece bastante claro que si la autodestrucción
no es el destino predominante de las civilizaciones galácticas, el cielo está
vibrando suavemente con mensajes de las estrellas.”
Aquí,
nos habla de la posibilidad de vida fuera de la Tierra, de acuerdo a los
posibles factores de la ecuación de Drake. Aunque muchos de ellos son
estimados, e incluso bastante difíciles de conjeturar, Sagan la resuelve con
dos posibles resultados: 10 o simplemente millones de civilizaciones técnicas
en nuestra galaxia. ¿Por qué no hemos sido contactados? Algunos afirman que si
(teóricos de los antiguos astronautas, Georgio Tsukalos, entre otros). Pero no
hay evidencia indiscutible al respecto. Tal vez son sólo 10. Tal vez son
millones y no podemos escucharlas porque no sabemos exactamente la forma de
hacerlo. O quizás las distancias en el universo son demasiado grandes y el
límite de velocidad cósmico, la velocidad de la luz, hace imposible que
tengamos contacto con otras civilizaciones extraterrestres. Sea cual sea la
respuesta, podemos profundizar en este tópico con ayuda del método científico o
seguir tanteando, como si fuésemos ciegos pudiendo ver.
“Pero la lección darwiniana es clara: no habrá humanos en otros
lugares. Solamente aquí. Sólo en este pequeño planeta. Somos no sólo una
especie en peligro sino una especie rara. En la perspectiva cósmica cada uno de
nosotros es precioso. Si alguien está en desacuerdo contigo, déjalo vivir. No
encontrarás a nadie parecido en cien mil millones de galaxias.”
Una
vez más, queda patente la postura de Carl Sagan, de que somos únicos y que los
desacuerdos no deben traer mayores consecuencias.
“Para poder sobrevivir tenemos que ampliar todavía más el ámbito de
nuestra lealtad para incluir a la comunidad humana entera, a todo el planeta Tierra.
Muchos de los que gobiernan las naciones encuentran desagradable una idea así.
Temerán perder poder. Tendremos ocasión de oír muchos discursos sobre traición
y deslealtad. Las naciones Estado ricas tendrán que compartir su riqueza con
las pobres. Pero nuestra alternativa, como dijo H. G. Wells en un contexto
diferente, es claramente o el universo o nada.”
En
este párrafo, el autor afirma que deben hacerse cambios a gran escala a fin de
que la Humanidad se una como especie. Debemos dejar de lado las cosas que nos
dividen y establecer una equidad en la tierra, a fin de que seamos TERRANOS y
no únicamente peruanos, venezolanos, chilenos, españoles, entre muchas otras
nacionalidades de la tierra. Eso sí, sin olvidar las culturas de cada zona o
región, siempre atesorando esto.
La
frase magistral con la que cierra el libro:
“Nosotros hablamos en nombre de la Tierra. Debemos nuestra
obligación de sobrevivir no sólo a nosotros sino también a este Cosmos, antiguo
y vasto, del cual procedemos.”
Y
finalmente, una de mis favoritas, tanto de la serie como del libro:
“Éstas son algunas de las cosas que los átomos de hidrógeno hacen si
se les da quince mil millones de años de evolución cósmica.”
¿Un poco largo este artículo? Si, y sin embargo, no es nada comparado con la inmensidad del Cosmos.